Hoy no venimos a celebrar.
Hoy venimos a resistir.
A resistir el olvido.
A resistir la censura.
A resistir el miedo que se quiere volver norma.
Hoy no hay fiesta, hay memoria.
Memoria de quienes ya no están.
Memoria de los que cayeron por ejercer su derecho —y su deber— a informar.
Memoria de nuestro compañero Alfredo González Durán, cuya ausencia no es solo una pérdida: es una herida abierta en la conciencia del periodismo michoacano.
La AMIPAC no se doblega.
Hoy nos plantamos firmes porque un país que castiga la verdad está al borde del abismo.
Recordamos cuando la libertad de expresión no era un riesgo de muerte.
Cuando informar no implicaba blindarse, esconderse o mirar por encima del hombro.
Cuando no era necesario justificar que ejercer el periodismo no es delito.
Hoy, esa libertad está en terapia intensiva.
Hoy, en Michoacán y en México, decir la verdad se ha vuelto un acto temerario.
Y como si no bastaran las balas, las amenazas, la impunidad… ahora quieren legalizar el miedo.
La llamada Ley de Apología del Delito, impulsada desde el Congreso local, pretende criminalizar la información incómoda.
Es una amenaza directa contra el periodismo libre e independiente.
Una ley que se disfraza de justicia pero huele a censura.
Una ley que no protege a las víctimas, sino al poder.
Una ley que busca que callar sea más seguro que informar.
¿Eso quieren que aceptemos? ¿Un periodismo domesticado, temeroso, alineado al discurso oficial?
No.
Desde la AMIPAC decimos con firmeza: no lo vamos a permitir.
Porque informar no es delito.
Porque contar la verdad no es provocar.
Porque investigar, evidenciar y cuestionar es el deber ético de cualquier periodista.
Y porque un pueblo sin prensa libre es un pueblo condenado a la oscuridad.
Sabemos que no somos invencibles.
Sabemos que somos vulnerables.
Pero también sabemos que sin periodistas no hay democracia.
No vivimos de la nostalgia.
Pero hoy miramos hacia atrás para recordar lo que nos quieren arrebatar.
Hoy abrazamos la memoria como un acto de resistencia.
Y mientras quede una sola voz dispuesta a contar lo que otros callan,
la libertad de expresión seguirá viva.
Golpeada, herida… pero de pie.
Y mientras respire,
la defenderemos con la vida si es necesario.
AMIPAC
Asociación Michoacana de Periodistas y Comunicadores
